viernes, 2 de mayo de 2008

Las Silletas

Como una gigantesca flor que se despliega ante la mirada de los espectadores, esta Silleta Emblemática es un magnífico ejemplo de la laboriosidad, el detalle y el ingenio creativo del silletero.

El sol de agosto en Medellín se multiplica con el espectáculo de fertilidad y de belleza proveniente de la multitud de silletas ancladas mientras esperan la orden de partida del Desfile de Silleteros. Ordenadas para la marcha, y encabezadas por las premiadas con algún galardón, su disposición obedece a una jerarquía de silletas que se ha ido construyendo en el transcurso de este medio siglo de existencia ceremonial.

  Existen similitudes y diferencias entre las silletas utilizadas en la época del transporte de mercancías y viajeros, y las que se construyen y utilizan para el Desfile de Silleteros. Puede hablarse de la silleta histórica, como instrumento de carga y transporte de personas, y de la silleta ceremonial o festiva, proveniente de la primera, pero adaptada con ingenio para exhibir las diversas clases de arreglos en el desfile anual.

Faquín, caballito, peón de tercio, sillero o peón de brega en los Andes colombianos, inmortalizado en este grabado francés del siglo XIX.

  La silleta para cargar viajeros era cómoda y permitía a éstos acoplarse al ritmo corporal del silletero; poseía brazos y un estribo o apoyo para descansar los pies del pasajero, y una prolongación en la parte superior permitía adaptar un techo de hojas o un velo para proteger al viajero del sol, la lluvia, los mosquitos o las ramas, permitiéndole dormir, leer o deleitarse con el paisaje.

  La silleta, tanto la de carga como la adaptada para transportar personas, era fabricada con materiales flexibles, pero resistentes; así, se combinaban maderas, bejucos o mimbre, para que perdurara y fuera útil en muchas ocasiones. Por el contrario, y sin demeritar el proceso constructivo de la actualidad, debe decirse que la silleta festiva, la del Desfile de Silleteros, es tan efímera como las flores.

  Aquella silleta de carga del campesino vendedor de flores ha derivado en otros tipos de silletas que, según su diseño, tamaño e intención ornamental de sus creadores, han sido agrupadas en categorías por la organización del Desfile de Silleteros.

  La primera categoría, la más antigua y sencilla, es la Silleta Tradicional: fiel a la de la época en la que el campesino de Santa Elena iba de casa en casa con una silleta a sus espaldas, a los atrios de las iglesias, a la salida de misa o a las plazoletas y calles ofreciendo su vistosa y fragante mercancía en Medellín, es un simple cajón de maderas livianas, en ocasiones con un entramado de bejucos y ramas, que permite colocar en ramilletes largos las distintas variedades florales que se exhiben. Se valora en ella la frescura, el colorido y la variedad de las flores, preservadas firmes y frescas por un lecho de musgo, follaje y ramas de pino, donde descansan.

Dora Luz Atehortúa Alzate, silletera de la vereda San Miguel, recorre las calles de la ciudad exhibiendo su Silleta Tradicional.

  La segunda categoría es la Silleta Emblemática. Se caracteriza por una composición basada en un tema y un mensaje elegidos por su autor. Su gracia radica en la manera en que se hace referencia a recientes acontecimientos nacionales o mundiales de gran impacto. Esta silleta puede componerse con flores pegadas o clavadas que se adhieren a una superficie plana de cartón o de icopor, sobre la cual se ha trazado previamente un diseño. Se le puede dar algo de volumen, al abombar o prolongar el armazón que la soporta. Suele ser más grande que la tradicional, pero no necesariamente más pesada. Pueden apreciarse emblemas, paisajes, rostros de personajes, crónicas de la vida campesina, comentarios sobre la política colombiana e incluso peticiones o mensajes de carácter cívico. Es un arte gráfico floral logrado con imaginación y dominio de los materiales, del color y de las formas de la riqueza floral colombiana.

La multitud asistente al Desfile de Silleteros se sintoniza con los mensajes que los silleteros, con fino arte, confeccionan en el entramado de flores de la Silleta Emblemática.

  La tercera categoría corresponde a la Silleta Monumental, caracterizada por el armazón de varas que agiganta el soporte del arreglo floral mediante estructuras de ramas flexibles que se trenzan, se curvan y se entrecruzan para sostener inmensos ornamentos de gran vistosidad, que alcanzan hasta cien kilos de peso y alturas o diámetros superiores a cuatro metros; el silletero requiere siempre dos colaboradores para alzarla y evitar accidentes. El máximo esplendor del desfile se aprecia al paso de las silletas monumentales.

En una verdadera alfombra se convierten las calles de la ciudad con la aparición de las silletas monumentales durante el Desfile de Silleteros


  Una variante de esta categoría es la silleta de tipo tridimensional, modalidad reciente y de gran acogida, en la que se aprecian, en volumen, paisajes, personajes y objetos, con la intención de destacar rasgos y componer escenografías alusivas a acontecimientos nacionales o mundiales. Igual ocurre con otra variante, más nueva aún, y que puede llamarse silleta monumental tridimensional animada, a la que sus autores y diseñadores incorporan dispositivos mecánicos y electrónicos que mueven partes de la composición y a las que, en ocasiones, les adicionan música y diálogos.

El silletero estampa con flores aquellas imágenes que le son inseparables de sus raíces, como en esta Silleta Emblemática.
La última categoría de silletas corresponde a las Silletas Institucionales o Corporativas; en ellas se destaca la fidelidad con que se reproducen emblemas y logotipos de empresas, industrias y entidades que desean mostrarse en el desfile anual. Puesto que están elaboradas con flores, coloreadas y secas, que les otorgan longevidad, estas silletas podrán adornar durante varios días las sedes institucionales, prolongando los ecos de la Feria de las Flores y del Desfile de Silleteros.

El arte floral de los silleteros de Santa Elena permite reproducir y exhibir, en esta Silleta Institucional, la imagen corporativa de la Caja de Compensación Comfenalco, tradicional patrocinador del Desfile de Silleteros.

Texto: Edgar Bolívar Rojas